Antes de trabajar la pasta de papel, debemos
conocer las propiedades de sus componentes y así poder comprender el comportamiento
final de este material durante su almacenamiento, manejo, secado y preservación.
Este conocimiento también nos llevará a modificar su composición para adaptarla
a nuestras necesidades.
El principal componente de la pasta son las
fibras vegetales que se obtienen, en general, del papel. La fabricación de papel es
un proceso altamente contaminante porque utiliza grandes cantidades de madera
talada y la separación de las fibras de dicha madera y su posterior blanqueado son
procesos altamente contaminantes del medio ambiente. Es por eso que actualmente
se tiende a reciclar el papel y sus derivados.
Cada fibra vegetal fue en la planta original una célula viva, de un largo que en promedio no llega al milímetro y un
diámetro de unos 0,015 mm (las medidas pueden variar mucho entre especies
vegetales), son tenues pero muy resistentes cuando están agrupadas. En el papel
estas fibras se ubican al azar, unidas por distintas sustancias cementosas y
las características de ellas varían según el tipo de papel. Las fibras están
constituidas por materia orgánica (principalmente celulosa), lo que le otorga
gran flexibilidad, pero también originan algunos problemas: tienen una gran
capacidad de adsorber agua y, por estar constituidas por materia orgánica,
pueden ser atacadas por distintos tipos de hongos. Los hongos atacan a las
fibras siempre que exista humedad, así el momento más propicio para sus ataques
es durante el almacenaje de la pasta fresca, cuando se producen manchas y olores
desagradables, aunque esto se evita con el agregado de preservantes químicos y
el mantenimiento en frío. Otro momento propicio para la aparición de hongos es
durante el secado lento del modelo en épocas de humedad y bajas temperaturas, lo
que se evita con preservantes y/o la exposición de la pieza a ambientes
aireados y más cálidos. Con la pasta seca simplemente se debe impermeabilizar la
estructura para protegerla. Por su tamaño y su capacidad de hidratación, las
fibras ya dispersas tienden a agruparse en grumos que dificultan mucho la elaboración
de la pasta y su modelado, y si bien son casi inevitables, el buen trabajo en
la fabricación de la pasta reduce su número y tamaño.
Los otros componentes importantes de la pasta
de papel son la tiza en polvo y la cola. La primera otorga suavidad y
maleabilidad a la pasta, sirviendo para dar blancura y resistencia al material
ya seco. La cola de carpintero es la que une y cementa firmemente a estos
materiales.
Tanto el agua que contienen las fibras, como
la que posee la cola de carpintero y la que se le pueda agregar durante el
amasado a la misma pasta, durante el secado de la pieza se evapora. Esta
pérdida facilita la contracción de la pieza que, si es muy voluminosa y no
posee los soportes necesarios, tiende a deformarse, perder sus formas
originales y hacerse muy rugosa. Es por eso que el trabajo con pasta se realiza
revistiendo soportes rígidos (alambre, papel seco comprimido, poliestireno
expandido, epoxi, etc.) con capas de poco grosor (2-5 mm). Estos soportes
pueden retirarse una vez seca la pieza, o puede formar parte de la misma.
La base de la creación artesanal
no son únicamente la creatividad y la originalidad, sino también el
conocimiento del material y la experiencia del autor sobre el mismo, lo que las enriquece formando un círcula virtuoso,
y esto sólo se logra experimentando, equivocándose, preguntando, respondiendo y
amando lo que uno hace.
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